KIC 8462852 (parte II)

El silencio invadía todos los espacios de la nave. Solo un ligero repiqueteo sonoro del ordenador central rompía la tensa calma. El agujero de gusano quedaba ya atrás y atravesarlo había puesto al límite la integridad estructural de la nave. La fuerte atracción y las continuas sacudidas provocaron el desmayo de los 8 tripulantes y la unidad central se encargó de retomar el control.
Tras un somero análisis de todos los sistemas, el diagnostico determinó que, excepto algunos fallos en subsistemas secundarios, la nave funcionaba correctamente.

La misteriosa estrella quedaba ya a la vista enfrente, a una relativa corta distancia. Uno tras otro, los miembros de la tripulación fueron recuperando la conciencia y, sin ni siquiera dirigirse la palabra entre ellos, quedaban hipnotizados frente a la ventana espacial panorámica. Tenían ante sus ojos la explicación a todo el misterio. Efectivamente, una enorme estructura, de un material y características imposibles de describir, orbitaba lentamente la estrella KIC 8462852. Según la clasificación propuesta por Kardashev, sólo una civilización de tipo II, capaz de aprovechar toda la energía de una estrella, habría sido capaz de tal proeza.

Tras unos instantes de confusión, el capitán de la nave se acercó a la consola de mando e intentó establecer comunicación de algún tipo, o rastrear cualquier tipo de señal. Y no tardó en obtener respuesta.
Para sorpresa de todos, de forma ordenada e ininterrumpida, comenzó a escribirse un mensaje en la pantalla:

Bienvenidos a nuestro mundo. Vosotros no nos conocéis pero nosotros sí os conocemos. Vuestro sistema solar está en peligro. Dentro de 2000 años, vuestro sol se apagará y no tendréis los recursos para remediarlo. Lo que veis es un regalo para vosotros. La energía acumulada de nuestro sol os permitirá disponer del margen suficiente para aprender a controlar y reactivar el vuestro. Dentro de un tiempo os necesitaremos, y tendréis la oportunidad de devolver el favor. Usad esta información como creáis conveniente

Fin de la transmisión.
Las miradas entre los tripulantes no pararon de cruzarse. Aquello despejaba al menos 2 dudas esenciales. Existían mas civilizaciones inteligentes en el universo, y aparentemente eran bienintencionadas.
Por unanimidad, decidieron emprender el camino de vuelta, esperanzados y preservar el importante mensaje que acababan de recibir para toda la humanidad.

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Comentarios

  1. te doy mis diessssss, no más

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  2. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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  3. Pobres extraterrestres confiados, no saben con quién se han metido. Lo llevamos en los genes.

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